Internet llegó a Chile a mediados de los noventa, siendo un instrumento que al comienzo no llamó mucho la atención, que era tecnológicamente muy atrasado en comparación a las conexiones actuales, que estaba lleno de problemas en muchos ámbitos y que era, por sobretodo, muy divertido de utilizar en aquellos días de mi preadolescencia y de mis posteriores años de "locura" adolescente.
Mi primer contacto con la red debió ocurrir durante 1996. Yo tenía once años y mis primos, pertenecientes a una familia siempre mucho más adelantada tecnológicamente a la nuestra, ya hacían gala de una conexión telefónica de unos cuantos kb/s. Sólo se podían conectar desde las ocho de la noche hasta las ocho de la mañana (pues salía más barato) y cada vez que lo hacían, había que despedirse de las llamadas telefónicas, pues el teléfono tenía a la red como su soberano dueño. ¡Cuántas veces nos regañaron por estar conectados a deshora! Ésos eran buenos tiempos...
Si bien, como la conexión no era mía, no podía conectarme a diario, cada vez que lo hacía era para investigar acerca de los animé que daban en la televisión. Y no digamos que era cosa fácil, pues no había Google y la velocidad de descarga era lenta in extremis (nos emocionábamos cuando un archivo bajaba a 4kb/s y descargar un mp3, que ahora tomaría a lo sumo un par de minutos, podía ser una tarea de horas), pero podía hacerse... con mucha paciencia.
Los buscadores de moda en aquellos años eran Yahoo y sobretodo, Altavista. Las webs eran simples, creadas con Frontpage o Dreamweaver (algunos más valientes se ponían a configurar los códigos html a mano, usando el simple Bloc de Notas) y se subían a servidores gratuitos, como Geocities, Lycos, Tripod o Xoom.com. Para que quedaran más bonitas, las páginas se vinculaban a servidores de redirección (ni idea de cuál será el verdadero nombre técnico) como cjb.net, para que cuando le mostraras tu humilde página a alguien, al menos fuera algo más bonito y decente que una larga dirección de Geocities, con "Tokyo" y "Pagoda" en el nombre.
Ya en pleno 1998 a mi casa llegó un computador por fin decente, un Acer Aspire, de color negro y con 1GB de disco duro, una cantidad ENORME en esos días (mi anterior PC era un 486, de 2MB de RAM, y 300MB y un poco más de disco duro... ni hablar de tarjetas de sonido o de video). Internet llegó a casa en un reluciente módem telefónico de 33.3kb/s de velocidad (que los más entendidos me corrijan, que no recuerdos las cifras exactas) y con una conexión Entel, empresa que lideraba el mercado en los extraños noventa. Al ya ser poseedor, junto con mi hermano mayor (ya se imaginarán los conflictos que habían por quién ocupaba el computador en qué día... el menor siempre salía perdiendo por alguna razón), de una computadora en casa, mi acceso a la red se expandió de un día para otro. Ya no sólo visitaba páginas, sino que creaba las mías. Ya no sólo bajaba imágenes, sino que ahora subía las mías. Todo era bonito e interesante. Creé mi cuenta actual de mail en febrero de 1999 (¡va a cumplir diez años!) para la web de animé que había creado, e, inspirado por uno de mis primos, descargué y conocí IRC, programa que usaría durante años para chatear a diario acerca de nada con muy buenos y lejanos amigos de un canal llamado #ani_manga, en el servidor de VTR, otra empresa chilena de internet.
No puedo evitar recordar a esos muchachos con mucho cariño, pues viví muchas cosas muy divertidas con ellos. Nos reuníamos en los locales del centro de Santiago para hacer estupideces hasta que anocheciera, nos confiábamos historias y secretos, habitábamos en medio de rumores de amoríos adolescentes, nos peleábamos y volvíamos a abuenarnos. Ahora que lo pienso, es un poco como estar ahora dentro del fansub, pero con la inocencia de los años jóvenes.
Al poco tiempo de estar navegando, me topé con una interesante página web llamada "El Pergamino del Anime", una de las primeras webs de fanfictions en español. En ese momento yo no tenía idea de qué era un fanfiction, y como no existía Wikipedia para responder a mis dudas, me uní al foro de dicha página (un foro arcaico, donde todos los temas se mezclaban entre sí en forma de troncos y ramas, y no había un orden como en los foros actuales... y sin embargo, lográbamos comprenderlo), donde conocí a más gente de otros países distintos a Chile. Ya había entablado conversaciones con "extranjeros", pero nunca amistad. En esa desaparecida web, muerta hace ya tantos años, conocí el arte de las escrituras hechas por fanáticos, antes de los tiempos de Harry Potter o de las películas del Señor de los Anillos; escritos pésimamente hechos, llenos de faltas ortográficas y de historias que, a ratos, eran malísimas, pero muy, muy entretenidas. Por supuesto, yo también me subí al tren, y en esa web publiqué algunos de mis primeros escritos, los cuales también se perdieron con el tiempo... por suerte.
Y entonces, vino el debacle. Internet había resultado ser sumamente interesante, pero como todo juguete nuevo, perdió su valor con el tiempo. Los amigos de antaño desaparecieron, IRC ahora estaba vacío y yo tenía otras cosas de mi interés en mente. De un momento a otro, dejé el computador a un lado (mi hermano no perdió el tiempo y se hizo con el poder) y durante muchos meses, quizás años, ya no recuerdo bien, no volví a conectarme, ni siquiera para revisar mi correo.
No sería hasta la década del 2000 en que volví a las canchas. Llegó otro computador nuevo a la casa (mi ya famoso hermano, overclocker de corazón, había logrado ultimar la pobre máquina anterior) y al mismo tiempo llegó a Chile la conexión en banda ancha. Al ser la velocidad más rápida, al poder bajar un mp3 en sólo segundos (pues en los primeros días, sin tanta gente usando el sistema, la conexión era realmente rápida), volví a interesarme.
La rutina era simple, en todo caso. Ya no hacía páginas web, nunca me interesé en chatear porque sí y el furor del fotolog nunca me golpeó (así como el amor por el Facebook me es esquivo en estos días). Lo único que hacía en la red era navegar por aquí y por allá, descargar uno que otro video, uno que otro mp3, una que otra imagen (incluyamos aquí el hentai) y leer una que otra historia de la recientemente descubierta Fanfiction.net. Entonces, cuando la rutina me hacía volver a querer abandonar internet (además de las continuas amenazas de mi madre de sacar el servicio por culpa de las cuentas), encontré una web de Pokémon (sí, Pokémon) que me interesó mucho: Mundo Pokémon, se llamaba. La web en español más completa de la serie que jamás conocí. Ésa fue la primera comunidad grande de animé a la que me uní. Con el tiempo, Mundo Pokémon cambió de perspectiva y se convirtió en UniversoAnime. Puede que muchos conozcan la web, aún existe y su fansub, el cual ya no existe, se llamaba Vago Fansubs. Participé en dicha web durante casi dos años y la abandoné debido a peleas con los líderes, pues no me gustaban sus políticas (aunque me llevo la mejor de las impresiones de uno de ellos). Sin embargo, en dicha web conocí a varios de los que hasta hoy considero muy grandes amigos. De hecho, con algunos de dichos amigos nos hicimos a la tarea de crear una web de fanfictions, proyecto que finalmente no funcionó.
Con las mejoras de las velocidades de conexión y de disponibilidad del servicio, comenzaron a aflorar los fansubs. Mucho tiempo después de que los fansubs se asentaran, descubrí Frozen Layer. Hace ya algún tiempo que había comenzado a interesarme en otros animés que no fueran los que aparecían en la televisión, y gracias a esa web, pude descargarlos. Corría el año 2003 y con el mismo grupo de amigos con el que habíamos intentado armar una web de fanfictios, creamos un humilde fansub de nombre Neko Fansub. Debo admitir que fui muy irresponsable con ese proyecto; hice muchas promesas y jamás las cumplí. El fansub tan sólo trabajaba manga y a mí se me encargó Naruto, en esos días una serie nueva, pero mi habilidad de traducción no era buena (aún no estudiaba dicha carrera, lo que haría en 2004 hasta 2006) y, simplemente, jamás encontré el ritmo. A mis compañeros les fallé completamente. Al menos recuerdo haber pedido disculpas por eso, pero la culpa nunca se fue del todo.
Con el tiempo perdí el contacto con la mayoría de dichos amigos, aunque como dije anteriormente, algunos se mantienen presentes, y seguí en solitario por una temporada, cambiando un poco mi enfoque hacia la red. Guiado por mi hermano, conocí mi primer juego online, un MMORPG de nombre Mu Online. Me inscribí en el juego, me uní a un clan y cambié mi nick a "Kilyk", nombre que había escogido para un personaje de un fanfiction que nunca llegué a terminar, aunque ahora último volví a escribirlo, y que, a diferencia de lo que muchos creen, no se basa en el personaje de la popular saga Soul Calibur. En ese juego en línea, formando parte del poderoso clan Heraldos, conocí a otro buen grupo de gente. Nos llevamos bien durante mucho tiempo, hasta 2005, cuando el clan se disolvió por problemas interpersonales graves. Pensé que ya lo había aprendido durante mis años interactuando con la red, pero ese día recordé en que debo buscar mejor en quién confiar, especialmente en internet, política que he mantenido hasta hoy.
Ya sin juego que jugar, y sin mucho interés en los fanfictios u otros atractivos de internet, me dediqué a bajar animé de Frozen Layer. Y entonces conocí a Athena no Seinto, luego de haberme descargado los primeros episodios de Tsubasa Chronicle. Pasaría un tiempo hasta que me decidiera a volver a intentarlo en otro fansub. Noviembre de 2005 llegaba a su fin, envié mi solicitud por los conductos regulares (algo que muchos de ustedes deberían hacer xD), hice mi prueba como traductor y quedé...
Sin embargo, ésa ya sería otra historia, la que quizás les llegue a contar en algún momento.
miércoles, 17 de junio de 2009
Diario de un fansubber II: Internet
Publicado por Mistwalker en 0:21
Etiquetas: Fansubbers
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3 comentarios:
sugoi kilucho
"Mundo Pokémon, se llamaba. La web en español más completa de la serie que jamás conocí. Ésa fue la primera comunidad grande de animé a la que me uní. Con el tiempo, Mundo Pokémon cambió de perspectiva y se convirtió en UniversoAnime."
Cómo olvidar a UA. Fue mi primera experiencia en foros, de la mano de una ex amiga de nick Dark Phoenix (curiosamente, conocida en persona xD), donde conocí a mis dos mejores amigos del alma, donde formamos la Dark Family (un grupo de marginados de distintos países con lazos casi de familia, actitud altanera, gusto por el metal y lo oscuro y que espantaba a todos los que se querían unir xD), donde escribimos nuestro epic fansub Gundam Final Frontier...
Ahhh~ cuántos recuerdos ;_;
Gran post, Kilucho, tienes mucha vida en la inet...
Y no conociste animeportal.cl ?? que raro man? xDD igual me entretuve caleta leyendo tu ciberbiografia, me trajiste recuerdos. Aunque cabe señalar que me inicie tardiamente en esto del ciber espacio onda como en el 2001 xDDD
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